Siempre me ha gustado jugar a meterme en la piel de otras personas, buscar nuevas formas de sentir, navegar por otros cuerpos, entender otras mentes, buscar en mi cuerpo los sentimientos, las acciones. Esa curiosidad, ese afán por descubrir, se ven saciados con la interpretación. Y después está la necesidad comunicativa, el querer compartir, el mostrar, el transmitir, el hacer reír, el hacer llorar, el hacer pensar… que también encuentran en la interpretación su lugar.